La USAF sigue desarrollando capacidades para el gigante de la flota, el C-5M Super Galaxy, a pesar de que ha realizado su primer vuelo hace más de medio siglo.
Reabastecimiento inverso
El ejercicio tuvo lugar el pasado 12 de septiembre sobre los desiertos de California y Oregón e implicó a un C-5M Super Galaxy y a un Douglas KC-10 Extender, ambos aviones en la flota de la USAF. La prueba pretendía demostrar que era posible realizar un reabastecimiento de combustible en vuelo, pero inverso.
El C-5M tiene la capacidad de ser repostado en vuelo para aumentar su autonomía, pero hasta ahora no tenía la capacidad de repostar a otras aeronaves. Y de hecho, no las tiene para todas las aeronaves, solo para aquellas con pértiga de repostaje. El sistema de repostaje es el mismo que si el C-5M fuera a recibir combustible, el avión se coloca por debajo del avión cisterna y se engancha la pértiga a la parte superior del Galaxy.
Pero, en vez de recibir combustible, es este avión el que proporciona combustible al avión cisterna que más tarde puede repostar otros aviones. En este ejercicio, se han podido transferir aproximadamente 10 toneladas en 30 minutos, lo cual es bastante lento pero no está nada mal para tratarse de la primera prueba en el camino de la certificación de esta nueva capacidad.
Y es que esto permitiría utilizar al C-5M como una estación de servicio volante en caso de que sea necesario, pues este avión puede almacenar en sus depósitos casi 200.000 litros de combustible, más que ningún otro avión de la flota de la USAF.
Si se completa con éxito todo el proceso de certificación, puede abrir la puerta a que en el futuro se certifiquen otros aviones con las mismas características, especialmente el C-17 Globemaster III y el C-130H Super Hércules.
Sin un sustituto en la USAF
Como hemos dicho antes, el C-5M Super Galaxy realizó su primer vuelo hace 55 años y fue introducido en servicio hace 53 años en su primera versión. Desde entonces, ha recibido importantes actualizaciones tanto de motores como de aviónica y tecnología a bordo. Pero, va siendo hora de pensar en un sustituto para este gran avión, el problema es que no lo hay.
El último desarrollo carguero para la USAF fue el C-17 Globemaster III de Boeing, un gran avión de carga pero mucho más pequeño que el C-5M, que actualmente es el mayor avión de la flota de la USAF y el de más capacidad. Es el único avión capaz de llevar dos tanques M1 Abrams.
No hay planes a corto o medio plazo para el desarrollo de un avión de características parecidas a las de este gran carguero y actualmente quedan unos 60 aviones en servicio, 33 en la USAF y unos 30 en la flota de la Guardia Aérea Nacional. Otros 45 aviones están en condición de reserva, es decir, almacenados y se podrían volver a poner en servicio en una plazo máximo de 90 o 180 días.
Como siempre decimos, la vida útil de un avión militar no es la misma que la de un avión civil debido a que los aviones militares realizan, por lo general, menos horas de vuelo y ciclos a lo largo de un año, por lo que su desgaste es menor y tardan más tiempo en llegar a los límites marcados por los fabricantes. Aún así, medio siglo es tiempo suficiente para pensar en un sustituto o en una actualización total del avión.