Algunas veces, sobre todo en ambientes más o menos fríos y con una humedad bastante alta, se puede ver que los Boeing B787 «sudan» en algunas partes de su fuselaje pero, ¿a qué es debido esto?
El B787 y los ambientes húmedos
Bueno, para empezar, ese «sudor» es solamente condensación de la humedad del aire. Pero para entender por qué se produce de forma tan localizada en zonas específicas del avión, primero hay que comprender el propio avión.
El B787 Dreamliner ha sido todo un salto generacional de tecnología y eficiencia respecto a los aviones que dominaban el mercado cuando este avión realizó su primer vuelo. Su fuselaje (y esto es importante) está conformado en mayor parte de polímero reforzado con fibra de carbono. Es decir, 35 toneladas del avión es plástico reforzado con fibra de carbono, siendo esta última 23 toneladas del peso final. Y aunque parezca mucho, que lo es, realmente es mucho más liviano que si el B787 se hubiera fabricado en aluminio, como era tradicional hasta la fecha.
Aunque el CFRP (carbon fiber-reinforced polymers) es un material muy bueno, tiene una menor absorción de la energía de impacto, por lo que algunas zonas tienen que ser reforzadas por dentro, tanto porque se encuentren en zonas que pueden ser susceptibles de sufrir un golpe, por que estén en zonas de un uso más intenso de la aeronave (como puertas) o porque se encuentren en zonas de alta demanda estructural, como las uniones de los diferentes bloques que conforman el avión.
Un secreto interno
Este refuerzo se realiza de manera interna mediante compuestos metálicos como el aluminio o el titanio. Estos elementos, tienen una transferencia calórica más rápida y superior que la del CFRP, por lo que suelen estar a una temperatura más baja cuando fuera hace frío y más alta cuando fuera del avión hace más calor.
Por eso, estas zonas reforzadas esconden debajo unas piezas que se encuentran un poco más frías que el fuselaje que tienen inmediatamente encima, lo que provoca que la humedad del aire se condense en estas zonas y no en el resto del fuselaje, conde el CFRP se encuentra a una temperatura más alta.
De ahí viene el efecto de «sudor» en el B787 que realmente es un truco muy bueno para descubrir las zonas del avión que están reforzadas con compuestos metálicos y también la forma de estos refuerzos. Las zonas donde se da este fenómeno con más frecuencia es alrededor de las ventanas de la cabina de los pilotos, en las uniones del fuselaje, alrededor de las puertas del avión y alrededor de las puertas de la bodega de carga.