La intromisión de animales en aviones comerciales se toma muy en serio por los daños que estos pueden causar en los aviones. Normalmente son pájaros o pequeños roedores. Sin embargo, en Heathrow se llevaron una gran sorpresa este fin de semana al descubrir un mapache en un Boeing 777-200 de American Airlines.
Un mapache en el fuselaje
No nos queremos poner en el lugar de la persona que haya tenido que notificar a un superior la aparición de un mapache en el fuselaje del Boeing 777, porque suena completamente irreal pero fue cierto y sucedió el pasado fin de semana en el aeropuerto de Londres – Heathrow.
El avión afectado es probablemente el Boeing 777-200ER de American Airlines, dado que fue el único avión de este modelo que llegó ese día al aeropuerto londinense. El avión, con matrícula N771AN llegó como AA80 procedente del aeropuerto de Dallas Fort Worth, aterrizando en la capital británica poco antes de las 8 de la mañana del domingo 5 de noviembre.
La sorpresa mayúscula fue ver que el mapache estaba encajado en un panel medio descolgado de la parte baja del fuselaje del avión. Lo más probable es que el animal haya subido al avión por el tren de aterrizaje cuando el avión estaba en tierra en el aeropuerto de Dallas y desde la bahía del tren habría llegado a esa zona.
El avión salió el 5 de noviembre hacia el aeropuerto de Los Ángeles como AA135 con dos horas de retraso debido a que el avión tuvo que ser reparado e inspeccionado a fondo para asegurarse de que ningún otro amiguito del reino animal se haya infiltrado en el avión. Al parecer, el mapache ha sobrevivido a esta gran aventura y ha sido trasladado a una protectora de animales salvajes cercana a Londres donde se está recuperando.
Por supuesto no es un asunto que se pueda tomar a broma, dado que un roedor de pequeño tamaño es capaz de roer cables que pueden dejar sin funciones al avión e incluso provocar un incendio. Los mapaches son animales mucho más fuertes que pueden provocar daños severos en el avión. Estos animales en ciertas zonas son una plaga debido a que no tienen depredadores naturales y han aprendido a convivir entre el ser humano.
Un trayecto peligroso
La bahía del tren de aterrizaje y otras zonas del fuselaje no están presurizadas ni calefactadas, esto hace que sobrevivir a un trayecto en estas áreas no sea una tarea fácil debido a la falta de oxígeno y a las temperaturas extremadamente bajas porque si bien el fuselaje aísla un poco respecto a la temperatura exterior, esta sigue sigue siendo bajo cero.
A lo largo de los años, mucha gente por desgracia ha intentado subirse a bordo de un avión para salir de su país escondiéndose en el tren de aterrizaje. La mayoría, por desgracia, han fallecido a causa de las heridas por aplastamiento cuando el tren de aterrizaje ha sido retraído. Otros han fallecido por congelamiento y por falta de oxígeno, dado que a las altitudes a las que vuela un avión comercial la presión atmosférica es mucho menor, lo que no posibilita el intercambio de oxígeno en los alvéolos pulmonares.
Pero también han existido casos de gente que ha conseguido sobrevivir a este trayecto. Uno de los últimos se dio en un vuelo entre Santo Domingo y Miami a bordo de un A321 de American Airlines en 2017. Otro caso se dio en 2015 cuando una persona sobrevivió a un vuelo de más de 10 horas desde Johannesburgo hasta Londres. Por desgracia, su compañero de viaje falleció. Se puede encontrar una lista más completa en este enlace.
Uno de los casos más famosos ha sido el de Keith Sapsford, ocurrido en Sídney en 1970 y que se convirtió en mundialmente reconocido debido a que fue fotografiado mientras caía del tren de aterrizaje de un DC-8 durante el despegue y del cual os hablaremos en un futuro artículo.