Donald Trump es uno de los personajes más polémicos del mundo y, está claro, que cada vez que habla produce titulares, para bien o para mal.
Trump contra Boeing
No es la primera vez que el ex presidente norteamericano Donald Trump carga contra Boeing y el 737 MAX, aunque lo cierto es que ha cargado contra varias decisiones de la compañía en los últimos años y ha tenido una serie de encontronazos con el fabricante norteamericano por el funcionamiento de la aerolínea.
Esta vez, Trump ha cargado contra la decisión de Boeing de crear la versión MAX del 737 a la que ha calificado de gordo y lento en la red social Truth Social. En cambio, ha dicho que debería haber realizado una nueva versión del «rápido, hermoso y elegante 757».
El magnate presume que tenía razón, haciendo hincapié que los dos desastres del 737 MAX no se hubieran producido si Boeing le hubiera hecho caso hace años.
Trump Force One
El magnate norteamericano es el propietario de un Boeing 757-200 construido en el año 1991 y que voló para dos aerolíneas (Sterling Airlines de Dinamarca y TAESA de México) antes de que Paul Allen se hiciera con él. Finalmente pasó a manos de Trump en el año 2011, cuando el avión acababa de cumplir 20 años.
El interior es completamente personalizado y puede dar cabida hasta 43 personas. Dispone de diferentes espacios como comedor, sala de reuniones, cuartos de invitados y dormitorio principal, además de por supuesto baños cuyos accesorios están chapados en oro de 24 kilates.
Make the 757 great again
Más allá de Trump y sus palabras contra Boeing, es probable que tenga razón respecto al Boeing 757 y la decisión equivocada del fabricante norteamericano.
Boeing diseñó este avión a mediados de los 70 conjuntamente con el 767, aunque este avión sería de fuselaje ancho y el protagonista de esta historia era de fuselaje estrecho, compartían la cabina y algunas otras cosas con el objetivo de hacer los dos llamativos a las aerolínea y que ambos aviones se pudieran complementar.
La producción arrancó en 1979 y el avión realizó su primer vuelo en 1983, entrando en servicio el 1 de enero de 1983 con Eastern Air Lines. En total, se fabricaron 1050 unidades de este avión hasta que cesó su producción en el año 2004. Actualmente y, aunque sea sorprendente, casi 500 aviones siguen en servicio. Eso sí, la mayoría como cargueros, aunque se pueden ver todavía muchos aviones con pasajeros a bordo.
Hasta la llegada de los modelos LR de Airbus para el A321, el 757 no tenía competencia. Un avión de fuselaje estrecho con más de 200 plazas capaz de realizar vuelos intercontinentales. Toda una joya para las compañías aéreas que más de una vez han reclamado a Boeing una actualización de este avión.
Cabe preguntarse, no sin cierta nostalgia, ¿qué hubiera pasado si Boeing hubiera lanzado a principios de los años 2000 una versión actualizada del 757? Seguramente hubiera triunfado y hubiera puesto las cosas muy difíciles a Airbus, dado que en aquel entonces este avión no tenía competencia, tanto en rutas dentro de los Estados Unidos como en las rutas europeas como complemento al 767 y al A330.
En apenas una década, Boeing ha perdido por completo un mercado del que tenía el monopolio, que ahora está completamente en manos de Airbus y sus A321, una ventaja que se hará aún más grande en cuanto sea lanzado el A321XLR.
Así que ahora os preguntamos a vosotros: ¿tiene razón Trump? ¿Debió Boeing haber actualizado el 757 en vez de dejar de fabricarlo?