Hace ahora dos años, un extraño accidente tuvo lugar en California. El piloto salió sin ninguna herida del avión, de hecho, es que salió mientras este aún estaba en el aire.
Un accidente y ocultación de pruebas
El 24 de noviembre del año 2021, un piloto de 28 años y de nombre Trevor Jacob, despegó su avión Taylorcraft BL-65 desde el aeropuerto de Lompoc con destino a Mammoth Lakes. Sin embargo, por el camino el avión sufrió «una pérdida instantánea de potencia» y acabó estrellándose en el Bosque Nacional Los Padres, en Santa María, California.
El piloto saltó del avión en paracaídas (lo cual ya es raro, dado que los pilotos de estos aviones no suelen llevar paracaídas) y el avión acabó impactando contra el suelo, todo esto mientras estaba siendo grabado por varias cámaras que llevaba encima el propio Jacob como por cámaras que estaban en el avión.
A principios de este año, este piloto se declaró culpable de un delito federal de ocultación de pruebas, dado que según la Oficina del Fiscal Federal, Jacob voló al área del «accidente» 6 días más tarde y recogió todos los restos del avión y los trasladó en helicóptero hasta el aeropuerto de Lompoc, donde destruyó los restos cortándolos durante dos días en un hangar y arrojándolos a los contenedores de basura de la zona.
Dos días después del accidente, Jacob avisó a la NTSB del siniestro, pero dijo que no sabía dónde había caído el monomotor. La NTSB le hizo responsable de la custodia de los restos, pero visto lo visto, no se lo tomó en serio.
Un piloto con pocas luces
Tras prestar declaración, el piloto publicó un video en su canal de Youtube con el título «he estrellado mi avión» (sutil). Más tarde borró el video, pero ya ha sido resubido íntegramente a la plataforma.
Pero como las autoridades no son tontas, lo han acabado pillando y ahora ha sido sentenciado a solo 6 meses de cárcel, aunque el máximo por su delito es de 20 años. Finalmente ha sido condenado únicamente por destruir pruebas y mentir a agentes federales, intentando obstaculizar la investigación sobre el accidente.
Según el juez del tribunal donde fue juzgado, queda comprobado que Jacob estrelló el avión deliberadamente con la intención de conseguir visitas y atención mediática en redes por su hazaña. Además, también se ha probado que ha mentido a los agentes de la NTSB, la FAA y el FBI durante la investigación realizando una maniobra peligrosa y temeraria con la que se puso en peligro no solo a sí mismo, sino que podría haber puesto en peligro a otras personas o al medio ambiente, si se hubiera producido un incendio.
Ahora y, gracias a su «hazaña», ha sido condenado a 6 meses en una prisión federal donde, por supuesto, no podrá grabar videos.