Aquel fatídico 26 de mayo del año 2003 a las 3:12 A.M. (hora local peninsular española), un avión Yakolev Yak-42 se estrellaba cerca de Trebisonda (Trabzon) en Turquía, con 62 militares españoles a bordo 13 miembros de la tripulación ucranianos y una persona de bielorrusia, siendo este el peor accidente de las Fuerzas Armadas Españolas y del cual hoy se cumplen 20 años.
No es objetivo de este artículo recalcar lo sucedido, los escándalos tanto por parte de las autoridades turcas como españolas o buscar culpables. Por eso, solo vamos a poner un pequeño resumen de los acontecimientos:
El avión con matrícula UR-42352 de la compañía UM (Ukranian-Mediterranean) Air había empezado su viaje casi 24h antes con el objetivo de devolver a casa 62 militares españoles que habían estado cuatro meses y medio de misión en Afganistán y Kirguistán. El destino del avión era Zaragoza previa escala en Trebisonda para repostar.
Por desgracia, durante la aproximación, el avión impactó contra el terreno en el monte Pilav, a unos 24 km del aeropuerto donde tenía que tomar tierra. A partir del accidente surgieron un sinfín de teorías, culpables y «pruebas»: desde el poco descanso de la tripulación, el mal estado del avión, los fallos de identificación de los cuerpos y la prisa con la que se desarrolló todo el trabajo, etc.
Lo único cierto es la pérdida de 62 grandes profesionales y 13 tripulantes, además del sufrimiento de las familias que no pudieron dar sepultura correctamente a sus seres queridos debido a los fallos cometidos por ambas partes. La única parte positiva (si podemos llamarla así) dentro de una tragedia tan grande, es que la presión popular obligó a revisar los procedimientos de contratación de transporte de tropas, así como establecer una línea de comunicación en la que las quejas de los militares sean atendidas de verdad y no ignoradas por defecto.
Vaya hoy nuestro recuerdo para los fallecidos en este trágico accidente, el mayor y más grande en la historia de las Fuerzas Armadas Españolas y que tuvieron un especial impacto en la Guardia Civil, el Ejército de Tierra y el Ejército del Aire. Que su muerte, no sea en vano.