4 pilotos y un canguro rompieron un récord mundial que ha durado imbatido nada menos que 40 años. Si bien es cierto que hoy en día se podría hacer algo parecido con los nuevos y modernos aviones comerciales, en aquella época era todo un logro.
Hay que vender
En 1946, un año después del final de la Segunda Guerra Mundial, la US Navy recibió la primera unidad del P2V Neptune, un bombardero diseñado y producido por Lockheed para misiones de largo alcance. Aunque se trataba en concreto de la tercera unidad de producción, esta primera variante medía 22.92m de longitud y 30.48m de envergadura. Hasta la parte más alta del estabilizador vertical se contaban 8.68m.
Su peso en vacío era de 15.296kg y su MTOW subía hasta los 27.739kg, lo cual no estaba nada mal para un bimotor de la época. La autonomía declarada según los estándares y el equipamiento escogido por la US Navy era de solamente 6614km con una velocidad máxima de 488 km/h (303 mph) a 15.300 pies, aunque su techo máximo de vuelo estaba en los 27.000 pies.
De la propulsión se encargaban dos motores radiales Wright Aeronautical Corporation Cyclone 18, que ponían a disposición de la tripulación 2.100cv de potencia cada uno, aunque tenían un pico máximo de 2.400cv para el despegue.
Ahora que conocemos un poco más al avión, ¿cómo fue posible que hiciera un vuelo de más de 18.000km? Bueno, básicamente porque había que vender el avión a otras fuerzas aéreas de todo el mundo y, por qué no, también a operadores civiles (cosa que acabó sucediendo).
"Trampas" en el Truculent Turtle
El P2V-1 escogido para tal misión fue apodado como «The Truculent Turtle» y tenía un pequeño secreto: había sido modificado conjuntamente por los ingenieros de Lockheed y la US Navy para este cometido en concreto.
Se aligeró el avión todo lo posible: ¡se llegó a retirar hasta el sistema de oxígeno de los pilotos! Aunque el objetivo no era matarlos, es que el vuelo se iba a realizar a una altitud a la que no iba a hacer falta. Por supuesto, se retiró todo el armamento y los sistemas para hacer funcionar a la parte armamentística.
Tal era la obsesión por meter el máximo número de tanques de combustible, que por supuesto se introdujeron en los huecos que había dejado toda la parte de armamento, pero no solo: se habilitaron más depósitos dentro de las alas, en el estabilizador horizontal y también en el vertical e incluso se instalaron dos depósitos externos en los extremos de las alas, diseñados de tal forma que los pilotos pudieran soltar cuando ya estuvieran vacíos para reducir la resistencia aerodinámica.
Un avión demasiado pesado
Aún a pesar de todos los esfuerzos, el avión acabó pesando más de 11.000kg por encima de su MTOW, llegando a los 38.810kg a la hora de despegar. El miedo de los ingenieros era que el tren no pudiera resistir el peso extra, así que se llevó al avión en vacío hasta la pista, al final del todo, solo por si acaso. La pista 27 del aeropuerto de Pearce estaba despejada para este avión.
Una vez ahí, fue repostado con tanto combustible como fue posible pero los dos motores no hubieran podido sacar todo ese peso. Así que el avión recibió además 4 cohetes JATO, dos a cada lado. Una vez que el avión alcanzó los 87 nudos o 161 km/h, se encendieron los cohetes que empujaron al P2V hasta los 115 nudos o 213 km/h.
Los cálculos estaban hechos al milímetro para poder salir con el avión tan cargado, tanto fue así que el tren de aterrizaje se guardó a solo metro y medio de altitud porque los JATO se había consumido por completo a 6 metros de altura y 130 nudos (241km/h).
Empiezan los récords
Y el primero de ellos se produjo en el momento en el que los pilotos levantaron las ruedas del asfalto: récord mundial al despegue más pesado realizado por un avión bimotor, registrado a las 18:12 del 29 de septiembre de 1946.
Poco a poco, el avión ganó altura y cruzó Australia ya de noche, pues los pilotos determinaron que era lo mejor para tener los vientos en cola. Siguió por el Mar de Coral y las Islas Salomón, estando cerca de Hawái a la mañana siguiente. El plan era seguir una ruta en el Atlántico entre Midway y Hawái, pero los fuertes vientos hicieron que el avión se desviara más al sur, así que el capitán dejó que el avión se desviara para ahorrar combustible al no luchar contra el viento.
El plan de vuelo era entrar a los Estados Unidos continentales por la ciudad de Seattle, pero el desvío que sufrió el avión fue tal que acabó entrando por San Francisco. Poco antes de sobrevolar territorio norteamericano, a las 21:16 del 30 de septiembre, los tanques de las puntas de las alas se agotaron y fueron soltados al océano. en ese momento, llevaban 24 horas en el aire.
Durante la noche, tuvieron que sobrevolar las Montañas Rocosas, algo que no estaba en el plan original pero que debido al desvío no quedaba otra opción. Al encontrarse con una fuerte lluvia, turbulencia severa, hielo y nivele, el avión consumió más, así que la tripulación realizó los cálculos oportunos y determinó que no podría llegar al aeropuerto de Washington.
El avión tomó tierra finalmente en la Base Aérea Naval de Columbus, en Ohio, a las 13:28 del día 1 de octubre de 1946 tras estar en el aire 55 horas y 17 minutos. Habían cruzado medio mundo, recorriendo un total de 18.083km u 11.236 millas, un récord certificado por la FAI.
Los pilotos vale, pero ¿y el canguro?
El canguro fue un regalo de Australia para el Zoo Nacional de la ciudad de Washington D.C. como muestra de amistad. En realidad se trataba de un bebé de poco más de un año que estuvo con los pilotos todo el tiempo y que fue alimentado por estos como una tarea más durante el vuelo, gracias a una formación previa que habían recibido en Australia.
Cabe destacar que no sufrió ningún problema de salud durante el vuelo y llegó sano y salvo al zoo de Washington gracias a los cuidados de los pilotos.
El Truculent Turtle en la actualidad
Después de este gran vuelo, nunca mejor dicho, al avión con número de serie 89082 le fueron revertidos algunos de los cambios realizados para el viaje y fue reincorporado al servicio en la US Navy. Finalmente fue retirado el 1953 para ser exhibido en la Base Aérea Naval de Norfolk, en Virginia.
Más tarde el avión fue donado al famoso museo Smithsonian de Washington donde estuvo expuesto un tiempo. Después, fue prestado al museo de la Base Aérea Naval de Pensacola, Florida, donde se encuentra actualmente.
El récord permaneció imbatido técnicamente hasta 1862, cuando un B-52 realizó un vuelo de 20.177 desde Okinawa (Japón) hasta Torrejón de Ardoz. Pero, si nos quedamos con los aviones a hélice, el récord del P2V permaneció vigente hasta 1986 cuando Dirk Rutan y Yeana Yeager dieron la vuelta completa a la tierra en su Voyager, en 9 días, 3 minutos y 44 segundos para completar 41.600km.