En el mundo se estima que hay más de 42.000 aeropuertos y los hay para todos los gustos: pequeños y grandes, por debajo del nivel del mar, encima de montañas, rodeados de vegetación, en medio de desiertos, peligrosos y también los hay un poco «aburridos». Pero, este es un caso un poco más único.
Breve historia del aeropuerto de Savannah
La historia de este curioso aeropuerto comienza realmente por otro aeropuerto. En 1929, la aerolínea Eastern Air Express aterrizó en unos terrenos de la ciudad de Savannah como escala para su vuelo entre Nueva York y Miami. Desde ese momento, la ciudad comenzó a dotar al aeropuerto y las aerolíneas empezaron a llegar.
Sin embargo, en 1940, el Cuerpo Aéreo del Ejército de los EEUU dijo que si se llegaba a entrar en guerra (la Segunda Guerra Mundial), se harían cargo del aeródromo, aunque hasta ese momento las aerolíneas pudieron seguir utilizando las instalaciones. Siendo precavidos, la ciudad compró un terreno al noroeste de la ciudad para construir un aeropuerto independiente, dejando el Hunter Field al Cuerpo Aéreo.
En 1942, el nuevo aeródromo situado en Cherokee Hill ya contaba con tres pistas y bastantes instalaciones, le quedaba poco para estar finalizado. Pero, el Cuerpo Aéreo del Ejército decidió intervenir también este aeropuerto para sumarlo al esfuerzo de la guerra, más en concreto para basar en él bombarderos B-24 y eventualmente también otros aviones. Pasó a llamarse Chatham Field.
No fue hasta 1948, tres años después del final de la guerra, que el aeropuerto volvería de alguna forma a la ciudad. El Cuerpo Aéreo del Ejército de los EEUU entregó el aeródromo a la Guardia Nacional Aérea de Georgia y esta estuvo de acuerdo en compartir las instalaciones con aerolíneas comerciales, por lo que se construyó una torre de control y el antiguo teatro de la base aérea se acondicionó como terminal de pasajeros.
Volvamos un momento a 1942
Cuando el ejército se hizo cargo del aeropuerto en 1942, quiso ampliar sus instalaciones para dar cabida a todas sus necesidades. Esto implicaba ocupar los terrenos de la familia Dotson, una granja que llevaba más de medio siglo en esa ubicación. Los herederos de Catherine y Richard Dotson estuvieron de acuerdo con esta ampliación (previa indemnización, claro) y en el contrato añadieron la cláusula de que sería el Ejército de los Estados Unidos el que correría con los gastos de traslado de las casi 100 tumbas que había en el cementerio familiar de la granja. Con todos los nichos, menos con dos.
Los herederos querían que los fundadores de la granja, Richard y Catherine, descansaran en sus tierras, por lo que prohibieron que fueran trasladados. Para evitar ir a un largo juicio que podía llevar años y en vista de que necesitaban el aeródromo operativo cuanto antes, los militares accedieron trasladando los demás nichos y preservando ambas tumbas que, de todas formas, se encontraban a más de un kilómetro del final de la pista, en medio del campo.
Dos tumbas en la pista, por ley
Con el tiempo, empezaron a llegar al aeródromo aviones más grandes que requirieron pistas más largas. La era de los aviones a reacción había llegado y tocaba ampliar las pistas. La ley federal establece que no se puede trasladar una tumba sin el acuerdo de los descendientes a los que se quiere mover. Por tanto, cuando se quiso ampliar la cabecera de la pista 10, se llegó a la zona de las tumbas.
Como años antes los descendientes más cercanos a los fallecidos ordenaron que se quedaran ahí y ya no se les pudo localizar cuando se fue a hacer la ampliación, simplemente decidieron que se quedarían en su ubicación actual. Reforzaron el área alrededor para soportar el peso de la pista y pusieron dos grandes losas de hormigón encima que quedaron integradas dentro del asfalto de la pista.
Actualmente las tumbas siguen ubicadas en su posición actual, donde en 1857 recibió sepultura Catherine Dotson y en 1877 también recibió sepultura Richard Dotson, su marindo. Son visibles incluso a vista de satélite, ubicadas en la pista 10/28 entre la calle de rodaje A y el punto de espera E1. Se pueden ver en este enlace.
Hilton Head en la actualidad
Hoy en día, este aeropuerto se llama Hilton Head y en 2022 tuvo un tráfico de 3.5 millones de pasajeros (niveles superiores a los de 2019) en 116.420 operaciones aéreas que también trasladaron más de 6.400 toneladas de mercancías, unas cifras que parece que van a superar este año.
Y es que aunque por sus pistas pasen 3.5 millones de personas al año, muy pocas se dan cuenta de la historia de este gran aeródromo y del secreto de una de sus pistas, probablemente muchos pasajeros no reparan en que o que parece un parche en el asfalto, en realidad son dos tumbas que se limpian y respetan cada vez que se hacen trabajos de mantenimiento en la pista.
1 comentario en “El aeropuerto comercial con dos tumbas en una de sus pistas”
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