Que los humanos hemos hecho muchas tonterías a lo lo largo de la historia no es nada nuevo, la suelta de un millón y medio de globos quizás sea una de esas cosas.
Globos por doquier
El 27 de septiembre de este año se han cumplido 37 años de aquel día en que el sentido común parece que se fue de vacaciones y una asociación decidió soltar nada menos que un millón y medio de globos para batir un récord mundial. Una asociación benéfica pensó que sería buena idea realizar una suelta masiva en la que venderían cada globo a un dólar.
Por muy loables que fueran las intenciones, la idea desde luego no fue buena. En el centro de Cleveland, en Ohio, se instaló una red de 76×46 metros bajo la cual se fueron soltando los globos. El objetivo era llegar a dos millones, pero se pararon (por suerte) en millón y medio.
Poco antes de las dos de la tarde hora local, la red fue soltada y el millón y medio de globos salió volando hacia el cielo, pero no por mucho tiempo. La enorme constelación de latex multicolor se encontró con un frente frío que hizo bajar los globos de nuevo a tierra hinchados, lo que provocó multitud de problemas en toda la ciudad y fuera de ella.
Consecuencias (porque evidentemente no podía salir bien)
Evidentemente semejante locura no podía salir bien, así que la bajada de los globos originó numerosos incidentes en todo el área, pero también fuera de ella. El pequeño aeropuerto de Burke Lakefront que está pegado a la ciudad, tuvo que cerrar durante más de media hora debido a los globos que había en las dos pistas del aeródromo y el tráfico aéreo del aeropuerto Hopkins, el principal de la ciudad, tuvo que ser desviado a pesar de estar a 15km de distancia.
Pero no solo el tráfico aéreo se vio afectado por este evento con millones de globos, sino que hubo múltiples accidentes por toda la ciudad debido a que la gente miraba «el espectáculo», por lo que se estrellaba contra otros coches o contra las vallas. Tanto fue así, que una carretera tuvo que ser cerrada debido a los siniestros.
Pero sin duda, el peor episodio fue el ocurrido en el lago Erie, donde la Guardia Costera de los EEUU estaba buscando a dos pescadores que habían salido de excursión al día anterior. Debido a los globos, el helicóptero no pudo sobrevolar el lago porque tenía su visión completamente tapada, por lo que se tuvo que emplear un barco, mucho más lento y que podía cubrir menos área. Finalmente los cuerpos sin vida se encontraron dos días más tarde.
Las demandas se sucedieron, tanto de asociaciones de automovilistas, un club de equitación y la esposa de uno de los pescadores, que se dieron por fallecidos como consecuencia de forma indirecta a la suelta de globos. El libro Guinness de los Récords declaró el récord con 1.429.643 globos soltados y también fue la última vez que registró uno de estos hechos, dado que ya no realizan mediciones de eventos semejantes.
Finalmente la organización del evento no sólo no recaudó nada para fines benéficos, sino que tuvo que poner bastante de su dinero para hacer frente a las indemnizaciones y demandas originadas a raíz de este evento. Los globos llegaron hasta la orilla canadiense del lago Erie, que se encuentra a casi 100km del lugar de la suelta.