Que el ser humano contamina todo lo que toda no es una novedad, por eso desde hace años se ha planeado una misión para limpiar la basura espacial que parece que ha fracasado a medio camino de su puesta en marcha.
Un universo de basura
Desde que el ser humano ha comenzado a explorar el espacio, no ha dejado de crecer la fascinación por lo que nos rodea misión a misión fuera de nuestro planeta. Además, con las «salidas» de la Tierra, hemos creado tecnologías que nos han permitido avanzar, como satélites o la propia Estación Espacial Internacional. Pero, todo eso está en peligro. De hecho, siempre lo ha estado.
Debido a los múltiples objetos que hemos lanzado al espacio, con el paso de los años se ha acumulado una cantidad ingente de basura espacial, restos de antiguos aparatos y misiones llevadas a cabo que están orbitando la Tierra.
Se calcula que actualmente hay unos 130 millones de piezas artificiales en diferentes altitudes de la órbita terrestre, lo que suma unas 9.000 toneladas de basura espacial. De estos objetos, aproximadamente unos 33.000 están catalogados e identificados, dado que muchos son piezas de incluso milímetros que suponen un verdadero riesgo tanto para los satélites como para las naves que se lanzan y para la Estación Espacial.
Cada día se calcula que cae al menos una pieza a la Tierra, lo que al cabo del año son entre 50 y 100 toneladas de basura que se desintegran durante la reentrada en la atmósfera según estimaciones de la NASA. Y realmente eso asusta, dado que una pieza de solo 10cm podría acabar con la ISS.
Una misión de una década
En el año 2013, la startup suiza ClearSpace lanzó en la cápsula de carga Vega el cohete espacial VESPA, que desde entonces ha estado en una órbita de unos 600km de altitud.
Dicho aparato, de unos 112kg, iba a ser complementado con otra nave lanzada en 2026 por la ESA (Agencia Espacial Europea) y el conjunto iba a actuar como unas pinza que empujarían los restos de basura de vuelta a la Tierra para que se desintegraran en la reentrada a la atmósfera.
Sin embargo, el 10 de agosto, el 18º Escuadrón de Defensa Espacial de los Estados Unidos informó a la agencia europea de restos detectados en la posición donde debía encontrarse VESPA. El 22 de agosto, la ESA confirmó los hechos y ClearSpace reconoció que estos restos podrían pertenecer al adaptador de VESPA.
Sin embargo, la ESA ha confirmado que la misión continúa como fecha objetivo del año 2026 y que este hecho deja más claro que nunca la necesidad de este tipo de misiones de limpieza de basura espacial, puesto que cada fragmento grande que se destruye en el espacio, se convierte en otros fragmentos más pequeños que son muy peligrosos.
Las investigaciones para averiguar lo sucedido continúan y en las próximas semanas podríamos tener nuevas noticias por parte de ClearSpace y la ESA sobre lo sucedido.